La pelea entre Jake Paul y Gervonta “Tank” Davis, programada para el 14 de noviembre, genera controversia tras acordarse el peso, los rounds, y cambiar de sede por preocupaciones regulatorias.
Jake Paul y Gervonta Davis ya tienen definidas las reglas oficiales de su combate de exhibición que se realizará el 14 de noviembre en el Kaseya Center de Miami, luego de que originalmente estuviera pactada en Atlanta pero la comisión atlética de Georgia rechazó el evento por la gran diferencia de peso entre ambos.
El «catchweight» se fijó en 195 libras (≈ 88.5 kg), lo que desató sorpresa en Davis, quien afirmó que le habían dicho que iba a ser a 190 libras. Se acordaron 10 asaltos de 3 minutos entre ambos, con guantes de 12 onzas. Aunque se trata de una exhibición, habrá jueces oficiales que puntuarán si la pelea llega al final.
El combate ha sido blanco de críticas por la diferencia de tamaño físico entre los peleadores, lo que para muchos compromete la seguridad y la justicia deportiva. Las comisiones y entes reguladores fueron claros: Atlanta no lo aprobó; en cambio, Miami cedió las licencias necesarias.
Para Jake Paul, esta pelea representa otra escalada en su estrategia de realizar eventos que rompan récords mediáticos; para Davis, el reto es probarse en un contexto inusual, fuera de su categoría habitual.
Si bien no hay consecuencias oficiales por cinturones, esta contienda resalta de nuevo cómo el boxeo moderno convive con espectáculo, regulaciones, riesgos y acusaciones de desigualdad. ¿Podría este combate definir el límite de lo permitido en las exhibiciones?