La Comisión de Boxeo de Japón reduce peleas OPBF a 10 asaltos, implementa pruebas de hidratación y obligará ambulancias en todas las funciones.
La conmoción por los fallecimientos de Shigetoshi Kotari y Hiromasa Urakawa tras la función del 2 de agosto en el Korakuen Hall provocó una reunión de emergencia este martes en Tokio.
La JBC reconoció su “responsabilidad” y se comprometió a actuar de inmediato, mientras los medios locales pusieron el foco en los riesgos de la deshidratación por cortes de peso.
Entre las medidas adoptadas: todas las funciones deberán contar con ambulancias en sitio, se instaurarán pruebas de hidratación vía análisis de orina para combatir los cortes extremos, y si un peleador reconstituye más de 10 libras del pesaje a la pelea, subirá de división en su siguiente combate.
Además, se aceptarán MRI en lugar de CT para exámenes médicos, y se requerirán MRI adicionales a quienes sufran castigo severo antes de volver a competir.
De inmediato, la JBC también redujo de 12 a 10 rounds las peleas por títulos de la OPBF, una decisión que busca limitar el tiempo de exposición al castigo. Para el debate global —incluido México—, el movimiento japonés reabre la discusión sobre límites de rehidratación y monitoreo médico preventivo alrededor del ring.