Terence Crawford hizo historia al vencer a Canelo Álvarez en Las Vegas y convertirse en campeón indiscutible de los supermedianos. Pero apenas unos días después de esa hazaña, llegó la noticia: decidió dejar vacante su cinturón de la WBA en superwelter, el mismo que había conquistado en 2024 al derrotar a Israil Madrimov.
La decisión abre la puerta a un nuevo campeón, y fue el alemán Abass Baraou, quien ya tenía el título interino, el que fue elevado a campeón absoluto de la WBA en las 154 libras. Así de rápido, la corona cambió de manos sin que sonara la campana.
Muchos se preguntan por qué Crawford dejó ese cinturón, pero la respuesta es simple: subir dos divisiones para retar a Canelo significaba dejar atrás compromisos en categorías más bajas. Y después de haber hecho lo que muy pocos creían posible —ganarle a Canelo en su peso, quitarle todos los títulos y callar bocas—, su enfoque ya no está en el superwelter.
👉 En Ring Mundial lo decimos claro: esto no es una derrota, es una jugada estratégica. Crawford sabe que el negocio ahora está en los supermedianos, y con todos los cinturones en sus manos, no puede darse el lujo de dividir fuerzas.
La pregunta que queda para la afición es directa: ¿fue inteligente soltar el título de 154 libras o debió defenderlo para reafirmar su grandeza en varias divisiones?
Lo cierto es que, con esta movida, Crawford deja claro que su reinado y sus guerras futuras estarán en el peso supermediano. Y ahí, con los cinturones en la cintura, es donde todos lo quieren ver.
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