Terence Crawford venció a Saúl “Canelo” Álvarez por decisión unánime y se convirtió en el nuevo campeón indiscutible del peso supermediano.
Saúl “Canelo” Álvarez llegó a Las Vegas con la etiqueta de invencible para México, pero anoche el ring del Allegiant Stadium tuvo otro veredicto: Terence “Bud” Crawford ganó por decisión unánime (tarjetas oficiales cerca de 116-112 y 115-113/115-113) y selló una noche histórica para su carrera.
El combate fue táctico: Crawford impuso movilidad, precisión y dominio de distancia; Canelo buscó la carga al cuerpo, pero terminó sin lesionar lo suficiente para voltear la historia.
La pelea mostró dos estilos antagónicos: el mexicano presionando con su famosa carga al tronco y el norteamericano sacando réditos con jab, contragolpes y cambios de ritmo. Con la transmisión global en Netflix y un escenario masivo en Las Vegas, la derrota de Canelo no solo es deportiva —es un cimbronazo mediático y comercial que reconfigura la conversación del boxeo mundial.
¿Qué sigue? Para Crawford, la estampa de leyenda: ahora es campeón indiscutible en otra división y su nombre entra en la discusión all-time. Para Canelo, preguntas incómodas sobre su futuro inmediato: ¿vuelve a pelear por la revancha o replantea su proyecto? La respuesta marcará la próxima gran historia del boxeo.