El Madison Square Garden fue testigo de una demostración contundente de poder y técnica: Andy Cruz, invicto tras seis combates, noqueó en el quinto asalto a Hironori Mishiro, en un pulsante duelo pactado a 12 rounds.
El cubano, entrenado por Bozy Ennis (padre del afamado Jaron ‘Boots’ Ennis), derribó dos veces al japonés antes de que el réferi detuviera las acciones, consolidando una victoria clara en el ring.
Con este nocaut, Cruz se asegura el estatus de retador obligatorio al cinturón ligero de la Federación Internacional de Boxeo (FIB), actualmente en manos de Raymond Muratalla.
Cruz, quien ya mostró superioridad desde el tercer round, lanzó un desafío: su rival ideal sería Keyshawn Davis, quien le venció en distintos escenarios amateurs, incluida la final olímpica de Tokio.
Este triunfo marca un hito para Cruz, un atleta que busca emular el camino de otros nombres que han traspasado desde la élite del boxeo amateur hasta los títulos profesionales. Su objetivo está claro: convertirse en campeón mundial bajo la FIB.
¿Qué sigue?
El panorama del peso ligero se volverá intenso: con nombres como Davis y otros aspirantes, la división se prepara para un destino electrizante.
Cruz tendrá que esperar el combate de Muratalla o unificación del título para disputar la oportunidad.